Gritar para alejar el silencio
Hacemos de la vida un silencio eterno con gritos esporádicos. Vivimos en callada rutina, inconscientes del paso del tiempo y del final cercano que acecha siempre donde termina el camino. La vida pasa y tenemos miedo. Miedo a decir algo demasiado alto, a destacar por encima del resto, y entonces callamos. Y ese silencio culpable…