Deja de hacerme daño
Por qué tienes que hacer tanto daño si yo te quise como nunca antes había querido a nadie. Y tú a mí. Tú también me querías más que a nada. O eso decías, que yo era lo más importante.
Por qué tienes que hacer tanto daño si yo te quise como nunca antes había querido a nadie. Y tú a mí. Tú también me querías más que a nada. O eso decías, que yo era lo más importante.
No hubo adiós, ni palabras bonitas. Se fue dejando tras de sí solo el recuerdo de su aroma en el aire, el tacto húmedo de sus labios en mi mejilla por culpa una lágrima suicida que quiso quedarse atrás. Es lo único que olvidó en la huída. Eso y devolverme el corazón.
Te quise, claro que lo hice. Y te quise bien. Ojalá tú hubieras hecho lo mismo conmigo. Todos merecemos estar con alguien que esté dispuesto a querernos como en verdad merecemos. Aunque tenga que esforzarse. El amor no se regala y ya está. Hay que mantenerlo vivo, feliz. Hay que alimentarlo de momentos, de historias.…
Por supuesto que no me arrepiento de haberte vivido. Todos necesitamos pasar por una herida así para aprender, para entender que por mucho que quieras a una persona, tal vez, tu lugar no esté a su lado. No todo el mundo está hecho para estar juntos. Cada persona tiene sus manías, sus normas no escritas,…
Te amo, aunque no seamos nada, aunque tu corazón tenga otro dueño, aunque sea invisible para ti. Al menos en el sentido romántico. Nunca quise ser solo tu amigo, siempre aspiré a ser yo el dueño de tus besos, de tus futuros, de tu amor. A veces me pregunto si lo sabes, si en…
No todos mis futuros son contigo. Es algo que tardé en asumir. Empecé a darme cuenta de ello cuando todavía estabas a mi lado y, para mi desgracia, quise aferrarme a todos los futuros en los que sí. A pesar de ver cómo se marchitaban, a pesar de leer entre líneas la realidad de un…
Hace tiempo que te fuiste. No te voy a mentir, no ha sido nada fácil estar sin ti. Me acostumbré a que siempre estuvieras ahí y, de un día para otro, solamente quedó el eco de tu ausencia. Supongo que la culpa es mía por haber llegado a depender así de alguien. Me lo había…
Recuerdo que al llegar casi ni te fijaste en mí. Pasaste de largo como pasaría un tren de media noche por una estación vacía. Yo, en cambio, te miré como quien admira un eclipse de sol: queriendo fijar en ti la mirada, pero sin poder hacerlo por miedo a quedarme ciego de ti. Y qué…
No es fácil pensar en ti en pasado. No me termino de acostumbrar a hacerlo. Cada vez que te busco en mi vida y me doy cuenta de que ya no estás, no sé cómo afrontar todos esos sentimientos. Tristeza, derrota, frustración, dolor… todo se junta y me golpea fuerte el pecho, allí donde un…
Me duele pensar en ti y darme cuenta de que ya solo somos pasado. Tú, que juraste “para siempre” y prometiste no irte nunca de mi lado. Se suponía que no habría nunca piedra alguna lo suficientemente grande como para hacernos caer de esta manera. Me duele pensar en ti Sin embargo, aquí estamos, tan…
Llueve. Gotas de olvido tratan de limpiar todo el caos que dejamos entre nosotros. Escombros de una vida proyectada que ya nunca tendrá futuro. Tú lo rompiste. No dejaste piedra en pie. Fue tan fuerte el portazo que tu salida de mi vida aún resuena en las paredes de mi corazón. Tiembla. Tiene grietas allí…
Ya no somos los mismos de antes. Hemos pasado por muchas cosas juntos y es muy diferente el daño que haces ahora al que podrías haber hecho al principio. No se puede comparar la herida que te provoca un desconocido con aquella que te causa alguien que jamás pensaste que te fallaría. Ya no somos…
Antes pensaba en ti como algo que jamás me perdonaría haber perdido. De hecho, aquel adiós fue lo más doloroso que he vivido. Creía que ahí se acababa todo: mi vida, mi felicidad, mis ganas de seguir luchando. Fueron tiempos duros, no lo niego. Nunca había estado tan abajo. La culpa es mía Caí en…
Siempre pensé en nosotros como la excepción a aquella regla que dice que lo bueno dura poco, que hay que vivir el momento porque nunca sabes cuándo puede terminar. De hecho, estaba convencido de que el futuro era nuestro y que nada podría romper todo eso que teníamos. Qué ingenuo fui. Tal vez, si hubiera…
Tengo tantas ganas de tenerte aquí conmigo que a veces me confundo y te abrazo en la soledad que me rodea. Como si mi cabeza jugara al despiste y me hiciera abrazar el aire en busca del recuerdo de tu aroma en la última noche que dormiste a mi lado. Lo echo todo de menos.…
Siempre tuve miedo de perderte, de no saber vivir sin ti. Miedo a volver a aquella vida de antes en la que tú no estabas y me faltaba toda esa felicidad que trajiste contigo. Los colores, las risas, el amor creciente que llenaba mi corazón y gritaba tu nombre en cada latido. La magia de…
Me olvidaré de ti porque no te mereces ser recuerdo. Porque el dolor que has dejado no se cura solo con el tiempo. Tengo que enfrentarlo, enfrentarte, y decirte adiós. Para siempre, esta vez. Necesito avanzar y enterrar tanto mal que nos hacemos. Ya no habrá más intentos, más oportunidades perdidas ni más dolor del…
Cuando sientas que las decisiones que tomaste quizá no fueran las correctas, que algún adiós nunca debió serlo. Cuando pienses que no te abraza como lo hacía yo, que sus besos no te queman en los labios o que las noches se hacen eternas cuando duermes a su lado… recuérdame.
Nunca pensé que tú pudieras llegar a doler tanto. La vida me ha puesto muchas piedras en el camino, pero nunca imaginé que tú llegarías a ser una de ellas. Al principio solamente podía pensar en futuro, en lo bonito que sería tenerte siempre a mi lado. Hoy, en cambio, no consigo dejar de pensar…
Cada día que pasa estoy mejor. La herida, aunque sigue abierta, se va cerrando y ya no sangra. Duele, sí. Cada movimiento que hago me recuerda que por mucho que quiera huir de todo aquello, siempre quedará una cicatriz. Las batallas que luchamos nos marcan en la piel y el corazón, dejando tras de sí…
No hace demasiado tiempo de la última vez que te besé. Todavía hoy me quema en los labios el roce de tu amor. Puede que ya no estés, pero imaginarte a mi lado sigue siendo la forma menos dolorosa de recordar que ya no estás. Como si tu recuerdo fuera capaz de llenar el vacío…
Basta ya de llorar por alguien que no está, que se ha ido. Basta ya de sufrir por quién te robó el amor, se lo llevó lejos y lo rompió en mil pedazos. No se merece ni una sola lágrima más derramada en este olvido. Deja que se vaya, que no vuelva. Estás mejor sin…
Tengo el corazón a prueba de balas, pero nunca pensé que pudieras llegar a fallarme tú. Por eso ahora dueles tanto, porque rompiste las defensas que tanto me había costado levantar y has dolido como nunca antes dolió nadie. Quizá no te des ni cuenta de todo el daño, puede que en tu mundo todo…
No sé lo que viene ahora. Sinceramente, nunca pensé que llegaríamos a este punto. Aún así, sé que no es el final. Por mucho que el amor sea un pilar en nuestras vidas, no dejaré que al faltarme tú todo se venga abajo. Tal vez haya un nuevo mañana para nosotros, tal vez no. Es…
Perdona cada vez que la he cagado, cada vez que lo he intentado y no supe cómo. Disculpa cada lágrima, cada rallada, cada noche de irnos a dormir enfadados. Te pido perdón por no saber hacerlo mejor, a pesar de darlo todo, a pesar de todo el esfuerzo, siempre llega ese momento en que todo…
No te deseo mal alguno, ni mucho menos. Ojalá seas capaz de encontrar la felicidad lejos de lo que un día fuimos y así cobre sentido aquel adiós prematuro que nos impidió encontrarla juntos. Acariciarla sí, pero nunca se quedó con nosotros el tiempo suficiente para poder disfrutarla. Aún así, poco importa eso ahora que…
Sé que nos juramos mañana y luz, que la vida cambió de sentido al pasar por nuestro lado y abrió camino la ilusión. Besamos como nunca y subimos alto. Bailamos entre nubes y soñamos. Tanta luz había entonces como negra es la noche interminable que ahora envuelve mi vida y me recuerda, maldita, que cuanto…
Hay errores que pesan toda una vida. Despedidas que se atragantan en el alma y nunca sale la espina que nos clavan. Pasa el tiempo y duelen como el primer día después del “adiós” definitivo. Y nos pesan las pestañas de sujetar húmedos recuerdos, de soñar mentiras que no son, ni serán de nuevo, mientras…
No es tan difícil. O eso creo yo. Si amas, si de verdad sientes amor, no necesitas buscar nada en brazos de otra persona porque ya lo tendrás todo. Lo demás, será mentira. Labios de mentira, sexo de mentira, amor de mentira. Un falso espejismo que te llevará a perder algo real. Si amas, no…
Vamos a pensar que te echo de menos. Que me faltas como el aire que me sobra en cada suspiro y se ríe la vida cuando le grito que no estás. Que el tiempo no ha curado nada y que, sin ti, solo soy yo sin ti. No yo mismo, no alguien feliz. No. Solamente…
Si algún día fallo, si tropiezo, si me olvido del camino de vuelta a tus labios, perdóname. Si me pierdo y no te encuentro, si me voy y te olvido, perdóname. Será que, tal vez, no había nada en ti para mí; o nada en mí para ti, vete tú a saber. Será que no…
Tenemos que hablar. De ti, de mí, de nosotros. Tenemos que ser capaces, por una vez, de no gritar, de no llorar, de no hacer más daño que el que ya no tiene remedio. No nos merecemos un final de esos que luego siempre pesan en la memoria. La verdad, en este momento no sé…
Me odio por no saber odiarte. Ojalá fuera sencillo. No entiendo cómo el resto del mundo puede hacerlo tan fácilmente. Odiar, digo. Yo, en cambio, a pesar de tanto daño, soy incapaz de odiarte. Será que la vida me ha hecho así, que de tanto dolor que he vivido, no puedo tener ese tipo de…
Abro los ojos y te pienso; los cierro… y te sueño. Los vuelvo a abrir y entre pensamientos despierto al fin, con tu sonrisa en mi cabeza y el recuerdo de tu piel escondido en mis yemas. Los vuelvo a cerrar un instante, lo justo para que me asalte tu aroma. Suspiro y lo respiro…
Puede que el sol que me acaricie hoy me de al fin la claridad que necesito para ver entre tanta sombra, entre tanta duda que creas a tu paso. Puede que con la mañana de este día sea al fin capaz de despertar de tu sueño, perder en las sábanas el aroma de tu piel…
Se acabó. En serio. Ya no puedo más, ya no aguanto más. Me niego a llorar de nuevo por ti, me niego a que otra lágrima se malgaste en tu nombre. Pero antes… Déjame que diga que los inviernos a tu lado eran mejores. Mis abrazos tenían sentido y mi piel en tu piel era…
Cada día que pasa me pregunto una y mil veces por qué sigo haciéndolo, por qué sigo cayendo siempre en los mismos errores, dejándote entrar y salir de mi vida cual huracán, que llega con fuerza y destroza todo a su paso para luego perderse en el horizonte como si nada hubiera pasado. Querría saber…
Tienes un algo, un qué sé yo, que me arranca las ganas de mirar en otra dirección y retiene mis anhelos en el baile de tu melena. Me robas los sueños cada noche y por el día haces tuyos mis pensamientos. Pintas en el aire remolinos de esperanza con tu aliento y me obligas a…
Te lo digo a la espalda porque sé que a la cara no me atrevo por miedo a perder la voz y acabar besando en lugar de diciendo. Es más, ni siquiera lo digo, sino que lo escribo aquí para no darte la oportunidad de frenar lo que no quieres escuchar. Hace demasiado tiempo que…
Desearía poder olvidar tu rostro, la suavidad de tu piel, el sabor de tus labios. Perder en algún vacío el sonido de tu risa, de tus tacones, de aquel vals que un día bailamos. Desearía olvidar todas esas tonterías que no tenían sentido hasta que nosotros se lo buscábamos, romper con el tiempo para que…
Te parecerá una idiotez, una mentira de esas con las que otros intentan llamar tu atención. Pero no importa, yo sé que no miento, que es verdad y que nada lo conseguirá cambiar. Y es que, con el paso de los años me he dado cuenta de que tiendo a ti. Sí, tal y como…
No es fácil mirarla y ver que en sus ojos no hay nada para mí. No es sencillo saber que ni siquiera me ve cuando mira en mi dirección, ni esperar un día en que al fin se de cuenta de que existo, de que estoy aquí y de que siempre lo he estado. No…
Y así, se me rompió la vida. Se me partió en mil pedazos antes incluso de llegar al suelo. Fue tal la hostia que me diste, que me quedé sin aire al verte marchar, boqueando palabras inconexas, tratando de juntarlas en un “no te vayas”. Pero te fuiste.
Te dejé marchar y me arrepiento. Pudimos tener algo genial juntos, pero no me atreví a llegar más lejos. Ahora me doy cuenta de que anteponer ciertas cosas a otras no siempre es lo correcto, que frenar lo que sentía fue un error y que seguramente me arrepentiré de esto durante mucho tiempo. Hoy sé…
Desearía poder volver atrás en el tiempo. Rebobinar la vida y empezar de nuevo. Desearía volver al día en el que no te conocía, al momento en el que podía cerrar los ojos y lo primero que acudía a mi mente no era tu rostro. Odio este silencio, odio escuchar en él el goteo incesante…
Ojalá que la vida te volviera a traer a mi lado y uniera de nuevo nuestros labios. Sonreírle al mundo que me mire, celoso, por verme feliz de nuevo, con el corazón contento por saberte aquí en mi abrazo y lejos de aquel que te robó el amor un día, cambiándolo por unas lágrimas ya…
Hay personas que no logras olvidar jamás, no importa el tiempo que pase. Seguirán en la memoria de tu vida brillando con luz propia, cegando tus ojos cada vez que mires al pasado en busca de consuelo, en busca del refugio que un día fueron para ti. Da igual que pasen meses o años, da igual…
Que se paren los trenes del tiempo, que descarrilen si hace falta, yo me bajo aquí, ésta es mi parada. Se acabó el esperar un cambio, se terminaron las falsas esperanzas. No lo intentes más, ya no hace falta. Se agotaron mi paciencia y mis ganas. Tantas cosas dijimos, casi tantas como callamos. Y no…
Y así, sin más, te fuiste para siempre. No fue fácil aceptarlo, no llegué a verlo venir. Sé que necesito avanzar, demasiadas lágrimas han caído ya de estos ojos secos, pero no es fácil mirar hacia adelante cuando tu recuerdo te mantiene viva en cada bocanada de aire que respiro. La vida y sus caprichos…
Apenas he cambiado desde que te marchaste, sigo siendo el mismo que fui y que probablemente seré siempre. Para qué molestarme en ocultar que estoy bien o que estoy mal si tú fuiste, sí, pero ya no eres ni serás. Al menos no para mí, porque gasté toda la fuerza que tenía en levantar el…
Me di cuenta mucho antes que tú misma de que ya te había perdido. Pequeños gestos, miradas o frases más cortas de lo acostumbrado fueron los síntomas de un fin próximo, alargado solo por la espera de un adiós definitivo que ninguno de los dos sabía cómo llegar a dar. Pero llegó, tarde o temprano…
Hay cosas que pasan una vez en la vida, destellos de felicidad que asoman la cabeza y se van igual que llegaron, sin saludos de cortesía ni besos en la mejilla. Simplemente entran y salen del río finito que es tu tiempo. Si tienes suerte y estás atento serás capaz de verlos en el momento…