La psicología del amor a primera vista: cómo nuestra mente procesa el enamoramiento

¿Alguna vez te ha pasado que tan solo con ver a una persona sientes desde tu interior que están destinados a estar juntos? Tal vez no para toda la vida, eso no lo sabemos, pero sí que hay una historia entre ustedes dos esperando a ser escrita. Y no sabes cómo se dará ni qué pasará, pero estás dispuesto a hacer algún movimiento para que puedan empezar a entrar en contacto y así darle pie a que se convierta en realidad eso que, aunque no sabes cómo ni por qué, hay entre ambos.

Pues de esta forma es como muchos claman haber experimentado el amor a primera vista al menos una vez en su vida. Pero ¿qué es realmente el amor a primera vista? ¿Es verdad que este existe? Y ¿por qué es que lo sentimos y cómo es que lo sentimos?

Cómo se siente el amor a primera vista

Para saber que hemos sido víctimas de el amor a primera vista no se necesita ser un verdadero genio, pues resulta bastante obvio:

1. En primer lugar, la otra persona es alguien a quien nunca habíamos visto y con quién nunca hemos conversado.

2. Nos cuesta trabajo quitarle la mirada de encima, es como si nuestros ojos tuvieran un imán cuyo magnetismo va directamente hacia esa persona.

3. Se hacen presentes las ansias por conocer su nombre y quién es, así como todo sobre él o ella.

4. Empezamos a imaginar diversos escenarios en el que nos presentamos y no podemos dejar de hablar de cualquier cosa, con la certeza de que ese sentimiento es mutuo. Por si eso no fuera poco, y para los más “intensos”, habrá quienes hasta se imaginan con esa persona en una relación sólida, por no decir casados y con veinte mil hijos.

5. Indagamos quién de nuestros conocidos es un contacto en común que nos ayude a presentarnos y le pueda hablar bien de nosotros.

6. Luego de días después de ese primer encuentro, no podemos sacarnos a esa persona de la cabeza, sobre todo si no logramos hacer un contacto sólido, preguntándonos bajo qué pretexto podremos hablarle para pedirle verse una vez más.

7. Estamos dispuestos a tener una cita con esa persona sin importar que realmente no conocemos mucho de su personalidad.

La realidad del amor a primera vista

Como te podrás imaginar y caer en conclusión, todos los puntos anteriores nos indican que en realidad estamos poniendo nuestra atención y todas nuestras energías en una persona que no conocemos en lo absoluto. Tal vez podamos hacernos una idea de su personalidad y de su forma de ser a partir de lo que nos comenten los amigos y conocidos que tengamos en común, sin embargo, no podemos negar que en ellos existirá una arbitrariedad con la que podamos creas prejuicios sustentados en algo que diste mucho de la realidad.

Es probable que este término de “amor a primera vista” haya surgido después de parejas que lograron construir una relación amorosa con éxito luego de haberse conocido y entrado en contacto bajo circunstancias similares a las descritas anteriormente. Sin embargo, esto no quiere decir que el amor que llegaron a profesar el uno por el otro haya estado ahí desde el principio, pues este en realidad se fue apareciendo y consolidando con el paso del tiempo y el curso que siguió su relación.

Realmente, esto que conocemos como amor a primera vista no se trata más que de una simple atracción, principalmente física, que surge a partir del “tipo”, queremos decir, cuando esa otra persona cuenta con las características físicas que desde siempre te han atraído y, casualmente, tú cuentas con las características físicas que siempre han atraído a esa otra persona. Por lo que al final se genera un interés mutuo para ver hacia dónde llegarán las cosas.

Pero, hey, no te desilusiones, esto no quiere decir que no haya una verdadera oportunidad con esa persona de experimentar lo que es el verdadero amor. Uno nunca sabe. Solo es cuestión de que te des la oportunidad de conocerse y si su personalidad es tan de tu “tipo” como lo es su apariencia, seguramente habrá mucho de lo que puedan conversar y grandes posibilidades de llevar una relación tan lejos como lo deseen.