Hace tiempo que busco las palabras adecuadas para decirte que te quiero. Nunca las encuentro. Son tan esquivas, tan complicadas, que al final termino diciendo tonterías. Como si decir “te quiero” no fuera suficiente.
Será que siento que hace falta mucho más, que un “te quiero” lo puede decir cualquiera y no puedo permitir que el mío se pierda en esa corriente en la que se ahogan todos los demás.
No, quiero que sea diferente. Que destaque por encima del resto porque lo que yo siento por ti no puede ser algo tan común. Tiene que estar por encima de la media y, aún así, no encuentro palabra alguna con más significado que esas dos.
Así que… te quiero.
Eres lo mejor que me ha podido pasar. Desde que llegaste a mi vida todo ha cambiado. Es como si el mundo fuera un lugar mejor solo por saber que tú existes en él. Como si tu sonrisa iluminara los días y tu suave respirar al dormir fuera la calma queda de las noches en vela que he pasado por ti. No lo digo como algo malo. Al contrario. Me acuesto tan feliz que el sueño huye, como si por dormirme pronto disfrutara menos de todo esto que me haces sentir.
Te quiero, es así. No sé si más o menos de lo que se quieran otros. Solo sé que te quiero tanto como puedo llegar a hacerlo. Lo siento en cada cosa que hago, en cada beso robado, en cada día a tu lado.
Te quiero, es así.
Me he enamorado tanto que ya no sé ni siquiera cómo era posible tener una vida tan gris como la que vivía antes de ti. No importa, solo sé que ahora te vivo, ahora que me has traído tanto color, no pienso dejar que nada en este mundo me aleje de ti.
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