No te imaginas cuántos de mis suspiros llevan tu nombre, cuántas de mis mañanas amanecen con la alegría de saber que ese día voy a poder verte aunque sea un solo instante. Porque es por instantes como esos por los que merece la pena vivir.
Si solamente tú también lo supieras, puede que el mundo te pareciera un poco menos terrible, un poco menos malo. Quizás entonces perdieras el vértigo que te da vivir la vida como a ti te de la gana y te alejaras de esas compañías que consumen tu energía y que te cortan las alas.
Quizás, si te pararas a mirar a tu alrededor me vieras, oculto entre el mar de personas que observan tu caminar. Me reconocerás, estoy seguro, pues seré el único incapaz de apartar la mirada cuando tus ojos desafiantes se crucen con los míos.
Ojalá entonces te veas en su reflejo tal y como yo te veo, pues hace tiempo que sospecho que personas como tú pasan una sola vez en la vida y lo único que necesitas para romper al fin con el molde, es verlo tú misma.
Odio que no te valores como deberías, me siento impotente ante la avalancha de dudas que te asaltan por culpa de la sociedad idiota en la que vivimos, llena de estándares y reglas no escritas, tan llena de falsedades que oculta por completo la belleza de tu pureza, única en ti misma, y que solamente yo parezco capaz de verla.
Cómo desearía poder entrar en tu cabeza y construir muros tan altos que ninguna opinión consiga traspasarlos. Plantar de paso un par de piropos con los que despiertes cada mañana y dejar caer por accidente mi nombre, para que resuene de vez en cuando y así, cuando al fin me veas y me presente, sepas que soy yo, que siempre he sido yo.
Basta ya de miedos, basta ya de inseguridades. En algún lugar hay alguien loco por cada uno de tus huesos y no lo ves, no me ves.
Déjame que te mire y piérdete en mis ojos, quizás así comprendas que a lo que tú llamas defectos, yo les pongo tu nombre y sueño con abrazarme a ellos cada noche.
Comments